Hasta el día de hoy, muy esporádicamente, tal vez sea más seguido, sigo alimentando a este animal dentro de mí. Lo alimento únicamente porque no sé como es la vida sin él, porque en esos momentos, sola y triste, ese animal me ha provisto de una salida. No es la correcta ni la adecuada... pero me la ha dado. Ese animal, de quien me refiero hoy tan despectivamente, me ha hecho olvidar, me ha ayudado a dejar todo por un lado, me ha ayudado a seguir. Aunque en el fondo yo sé que será mi perdición, muerte y juicio.
Hasta el día de hoy y desde que te conozco, sigo alimentando al animal con tu imagen. Porque es la que, por el momento, me agrada y él devora con tanto gusto. Sí, no es fácil aceptar que le han gustado muchas imágenes y fantasías desde mucho antes que tú aparecieras, pero es la verdad. Tampoco lo es decir que se ha "enamorado" de tal manera de ti, que ahora te ama, haciendo que yo te busque y consiga a cualquier costo.
El animal no ve, no siente, no vive... sólo está, come (me come) y mata (me mata).
El animal recibe la nueva fantasía que yo le entrego: la que yo veo, siento y vivo; la que a mí me agrada, la que a mí me impacta.
El animal desarrolla la historia en mi mente (se aprovecha de mis recursos y los hace suyos, ladrón invisible, maldito hipócrita). Me hace creer que la vida es como él la expone, me hace hundirme en su regazo y alimentarme de cada una de sus mentiras.
Y luego, yo despierto y veo que nada es cierto, y muero más, más de lo que debería morir.
Y ya he vivido en sueños tu amor, tu piel, tu sabor y me ha embelesado con las más profundas y tiernas caricias que me hacen suspirar.
Pero ahora, ya viva, no puedo sino perderme en recobrar ese cariño que nunca tuve, que sólo me contaron y yo imaginé.
¡Por estúpida!... ese animal sigue haciendo de las suyas conmigo, porque yo lo dejo, y hasta cierto punto, porque yo así lo deseo.
Y es que no tengo nada más en que sumergirme, nada más que traiga un recuerdo de algo que nunca existió contigo, no hay algo que me haga tenerte de nuevo, como nunca te tuve.
Me acomodé con él, dentro de mí, donde "yo controlo". No sé qué hay fuera y me da miedo salir.
El animal ya murió, yo lo maté.
Pero de vez en cuando lo hago revivir y él me hace sobrevivir. Me da horas y horas de besos y caricias y traiciones y dolor. Y eso me hace, estúpidamente, creer que tengo algo de control... al menos para parar sus historias.
El animal es mi vicio... es lo que me aleja de la realidad... es lo que busco cuando ya no puedo
El animal me hace amarte (sí, lo lamento), el animal me hace imaginarte (no eres especial, si no es tu imagen, sería la de alguien más que yo habría situado en sus garras).
Sí, tengo miedo de convertirme en el animal y ser yo quien devore a más.
Perdón, porque nunca te hice creer que te amaba, pero en sus historias yo conocí que sí lo hice.
Perdón, porque he actuado conforme a lo que dentro de mí pasa, y no conforme a la realidad.
Y ahora me encuentro conociendo al animal, conociendo lo que algún día fue y lo que en su momento regresa a ser. Ahora veo lo que me induce a querer.
Ahora intento deducir e identificar lo que es producto de mi alma y no de su tormentoso juego.
Hoy acepto que el animal vive porque yo quiero y que la culpa de su existencia es mía.
Espero que pronto ya no lo quiera más y encuentre realmente el amor que tanto sueño... en ti.
Hasta el día de hoy y desde que te conozco, sigo alimentando al animal con tu imagen. Porque es la que, por el momento, me agrada y él devora con tanto gusto. Sí, no es fácil aceptar que le han gustado muchas imágenes y fantasías desde mucho antes que tú aparecieras, pero es la verdad. Tampoco lo es decir que se ha "enamorado" de tal manera de ti, que ahora te ama, haciendo que yo te busque y consiga a cualquier costo.
El animal no ve, no siente, no vive... sólo está, come (me come) y mata (me mata).
El animal recibe la nueva fantasía que yo le entrego: la que yo veo, siento y vivo; la que a mí me agrada, la que a mí me impacta.
El animal desarrolla la historia en mi mente (se aprovecha de mis recursos y los hace suyos, ladrón invisible, maldito hipócrita). Me hace creer que la vida es como él la expone, me hace hundirme en su regazo y alimentarme de cada una de sus mentiras.
Y luego, yo despierto y veo que nada es cierto, y muero más, más de lo que debería morir.
Y ya he vivido en sueños tu amor, tu piel, tu sabor y me ha embelesado con las más profundas y tiernas caricias que me hacen suspirar.
Pero ahora, ya viva, no puedo sino perderme en recobrar ese cariño que nunca tuve, que sólo me contaron y yo imaginé.
¡Por estúpida!... ese animal sigue haciendo de las suyas conmigo, porque yo lo dejo, y hasta cierto punto, porque yo así lo deseo.
Y es que no tengo nada más en que sumergirme, nada más que traiga un recuerdo de algo que nunca existió contigo, no hay algo que me haga tenerte de nuevo, como nunca te tuve.
Me acomodé con él, dentro de mí, donde "yo controlo". No sé qué hay fuera y me da miedo salir.
El animal ya murió, yo lo maté.
Pero de vez en cuando lo hago revivir y él me hace sobrevivir. Me da horas y horas de besos y caricias y traiciones y dolor. Y eso me hace, estúpidamente, creer que tengo algo de control... al menos para parar sus historias.
El animal es mi vicio... es lo que me aleja de la realidad... es lo que busco cuando ya no puedo
El animal me hace amarte (sí, lo lamento), el animal me hace imaginarte (no eres especial, si no es tu imagen, sería la de alguien más que yo habría situado en sus garras).
Sí, tengo miedo de convertirme en el animal y ser yo quien devore a más.
Perdón, porque nunca te hice creer que te amaba, pero en sus historias yo conocí que sí lo hice.
Perdón, porque he actuado conforme a lo que dentro de mí pasa, y no conforme a la realidad.
Y ahora me encuentro conociendo al animal, conociendo lo que algún día fue y lo que en su momento regresa a ser. Ahora veo lo que me induce a querer.
Ahora intento deducir e identificar lo que es producto de mi alma y no de su tormentoso juego.
Hoy acepto que el animal vive porque yo quiero y que la culpa de su existencia es mía.
Espero que pronto ya no lo quiera más y encuentre realmente el amor que tanto sueño... en ti.
1 comentario:
te entiendo totalmente, el animal en todos no ase ver cosas y sentir cosas que no son realidad , especialmente cuando es un amor frustado,....
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