jueves, 2 de diciembre de 2010

El baile de la brisa

Baila brisa. Déjate llevar. Nunca escucharás. Nunca olvidarás.
Baila brisa. Que nada importe. Que nada esté bien. Que nada esté mal. Sé tú. Baila. Sólo sé. Libre, amable, risueña.
Baila brisa. Habla. Deleita tu silencio. Enriquece la belleza de tu voz, de tu tacto, de tu frescura.
Baila brisa. Baila libre. Baila con viento. Baila con movimiento.
Baila brisa. Haz innumerables siluetas abstractas que conforman todo tu estilo, toda tu soltura, toda tu esencia.
Baila brisa. Por eso eres. Por eso vienes. Por eso vas. Juguetea. Llamas la atención sin pedirla, sólo por ser lo que eres y hacer lo que es consecuente contigo.
Baila brisa. Porque me engrandece el espíritu el verte bailar.
Baila brisa. Porque me inspiras. Baila porque eres. Baila con razón, con sentido. Sin melodía audible.
Baila y marca el ritmo del mundo. Tú, brisa. Sé el compás. Sé la medida.
Baila brisa, con estilo. Con tu estilo. Ignora el mundo, pero sé real. Ignora el pensamiento pero piensa verdaderamente.
Baila brisa. Baila ignorando. Baila conociendo. Baila con tu ser. Sé superficial, rarificada, segmentada.
Haz un todo, pero no representes una idea. No representes un personaje. No representes algo.
Baila brisa. Cambia y mueve. Rodéate con tu mismo abrazo.
Baila brisa e imprégname con tu suave dulzura, con tu alegría eterna, con tu silenciosa presencia.
Baila brisa y que tu ritmo sea mi latido y que tu humedad sea mi pensamiento, mi deseo, mi propósito.
Sólo baila y nunca calles, nunca pares, nunca mueras.

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