Desde que la conoció, no tuvo más remedio que caer frente a sus pies y proponerle una vida a su lado.
No podía resistir sus pensamientos, no podía sacarla de su mente y, paulatinamente, ella llegó a su corazón.
Ella no lo sabía y nunca lo supo. Jamás se lo contó, nunca lo expresó. Aunque en sus ojos se leía, en su cara se reflejaba el profundo deseo de su alma. Ella lo intuía.
Quería dejarlo todo por ella, pero no podía. Sentía la culpa demasiado arraigada, tenía el miedo muy integrado a su ser y actuar. Pero debía ser valiente, debía sufrir por su amor, debía doler cada una de sus caricias y matar cada uno de sus besos.
Por ella sufría, por ella reñía, por ella moría.
Aún así, debía reprimir su pasión y así lo hizo.
Murió. Por supuesto. Murió por amor. Murió en dolor, con vergüenza, con tristeza y únicamente acompañado de su Soledad.
---------
¡Qué bello poder expresarle al ser querido el amor, la pasión y la entrega que uno tiene para con él!
¡Qué bello no tener que esconder los deseos profundos del corazón y expresarlos como un amor dulce, sincero y verdadero!
Aunque el amor cortés propone un vínculo entre una mujer casada (inalcanzable) y un hombre joven (inexperto e ingenuo), debe ser el amor más sufrido, más callado, más apasionado.
Sin ser ético o moral, sin ser correcto, sin ser aceptable, y considerado como una forma de rebeldía, el amor cortés existió para darnos, a los que sufrimos de algún tipo de trastorno, un suspiro de pertenencia y un tierno pero recio susurro que expresa: "no eres la/el única/o".
Al saber de muchos más que aman a quien es imposible de amar y a quienes viven por quien es imposible de vivir... me sublimo a la realidad que me es imposible conocer.
Porque tal vez me da esperanza, porque tal vez me hace sentir de nuevo esta pasión que carcome mis entrañas.
¡Qué bello poder expresarle al ser querido el amor, la pasión y la entrega que uno tiene para con él!
¡Qué bello no tener que esconder los deseos profundos del corazón y expresarlos como un amor dulce, sincero y verdadero!
¡Qué bello ese momento en que la vida se define, perdemos el control y el amor toma las riendas de nuestros corazones!
Me resta esperar. Esperar ese momento.
No podía resistir sus pensamientos, no podía sacarla de su mente y, paulatinamente, ella llegó a su corazón.
Ella no lo sabía y nunca lo supo. Jamás se lo contó, nunca lo expresó. Aunque en sus ojos se leía, en su cara se reflejaba el profundo deseo de su alma. Ella lo intuía.
Quería dejarlo todo por ella, pero no podía. Sentía la culpa demasiado arraigada, tenía el miedo muy integrado a su ser y actuar. Pero debía ser valiente, debía sufrir por su amor, debía doler cada una de sus caricias y matar cada uno de sus besos.
Por ella sufría, por ella reñía, por ella moría.
Aún así, debía reprimir su pasión y así lo hizo.
Murió. Por supuesto. Murió por amor. Murió en dolor, con vergüenza, con tristeza y únicamente acompañado de su Soledad.
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¡Qué bello poder expresarle al ser querido el amor, la pasión y la entrega que uno tiene para con él!
¡Qué bello no tener que esconder los deseos profundos del corazón y expresarlos como un amor dulce, sincero y verdadero!
Aunque el amor cortés propone un vínculo entre una mujer casada (inalcanzable) y un hombre joven (inexperto e ingenuo), debe ser el amor más sufrido, más callado, más apasionado.
Sin ser ético o moral, sin ser correcto, sin ser aceptable, y considerado como una forma de rebeldía, el amor cortés existió para darnos, a los que sufrimos de algún tipo de trastorno, un suspiro de pertenencia y un tierno pero recio susurro que expresa: "no eres la/el única/o".
Al saber de muchos más que aman a quien es imposible de amar y a quienes viven por quien es imposible de vivir... me sublimo a la realidad que me es imposible conocer.
Porque tal vez me da esperanza, porque tal vez me hace sentir de nuevo esta pasión que carcome mis entrañas.
¡Qué bello poder expresarle al ser querido el amor, la pasión y la entrega que uno tiene para con él!
¡Qué bello no tener que esconder los deseos profundos del corazón y expresarlos como un amor dulce, sincero y verdadero!
¡Qué bello ese momento en que la vida se define, perdemos el control y el amor toma las riendas de nuestros corazones!
Me resta esperar. Esperar ese momento.