domingo, 10 de agosto de 2008

HÉROES EN CONDICIONES PRECARIAS

Por Mercedes Azurdia

“Cuando la veo caminar con sus hijas, para mí es una satisfacción. Todo el esfuerzo y la lucha que se hizo por sacarla del pozo, aunque fue bastante difícil, valió la pena”, así enfatiza Enrique de León de León, Jefe de de la 31ª Compañía de Bomberos Voluntarios de San Lucas Sacatepéquez, su relato.

El 12 de diciembre pasado, una mujer cayó en un pozo ubicado en la aldea Choacorral que se encuentra en el kilómetro 26 en la carretera a San Lucas Sacatepéquez. “El pozo tenía cincuenta metros de profundidad y había mucho lodo en el fondo, incluso una serpiente” –expresa de León con asombro. Iban sólo dos elementos del cuerpo de bomberos y procedieron a sacar a la señora. Raúl Vicente, que acompañaba a de León, tomó la tarea de adentrarse en el pozo y llevar a la mujer en sus brazos hasta la superficie; de León, que se encontraba fuera del pozo, se esforzaba por halar la soga que llevaba su compañero y por recibir en sus manos a la mujer accidentada. Al tenerla afuera, le limpiaron el rostro, le colocaron oxígeno, y la trasladaron al Hospital Nacional de Antigua.

Desde hace siete años, Enrique de León entrega diariamente su vida al servicio de las personas que se encuentren en necesidad. Inició su carrera al ser invitado a un curso en Chimaltenango, en la escuela de bomberos autorizada de la región, donde estudió un año y medio. Aquí le enseñaron primeros auxilios, manejo de extinguidores, el triángulo del fuego, el origen del fuego, cómo combatirlo, y demás fundamentos básicos de la formación de esta profesión.

Actualmente como Jefe de la 31ª Compañía, Enrique de León administra a su personal tanto permanente como voluntario y busca maneras de reparar el equipo que le ha sido concedido. En la estación, tiene disponible únicamente una ambulancia, ya que el módulo y la otra ambulancia tienen problemas de caja de velocidades y motor, respectivamente. Para su reparo, se requieren aproximadamente de Q12 mil a Q13 mil para el módulo y de Q5 mil a Q6 mil para la ambulancia, cantidades de dinero que no poseen.

Las condiciones de la estación no son las más adecuadas, el edificio es antiguo y le hace falta mantenimiento. Además cuenta únicamente con una línea telefónica y un radio de la Estación Central, que está en cabina. Se buscó al alcalde municipal, Yener Plaza, para que declarara acerca de su conocimiento de las condiciones de la estación de bomberos, pero no se encontró en su despacho, ni al teléfono; su asistente, Herbert García, informó que mantenía reuniones muy importantes.

El total de bomberos en la estación es de 27 –seis permanentes y 21 voluntarios–. La cantidad de permanentes es escalofriante, ya que son los que mantienen turnos de 24 horas y monitorean la zona. Ellos únicamente son seis para una población de más de trece mil habitantes. Aunque, los bomberos voluntarios alivian la cifra, éstos prestan servicio únicamente una vez a la semana, siendo aproximadamente tres bomberos diarios más, –cifra promediada–, para cubrir el área de San Lucas Sacatepéquez, sus aldeas y carreteras, –que se limitan hasta el kilómetro 40 hacia Chimaltenango, a la cuesta de Las Cañas hacia Antigua y a la de Bárcenas y la carretera hacia San Cristóbal.

Los bomberos permanentes reciben, la mitad, un salario de parte de la Estación Central de Bomberos Voluntarios y, la otra mitad, de parte de la Municipalidad de San Lucas. Mantienen su estación a base de donaciones y rifas: “Hay personas que donan para pagar el teléfono, jabones, cloro, esponjas, para la casa” y sus vehículos por lo que les subsidia la Estación Central: “ésta provee de combustible para la ambulancia, motobomba y también para los gastos de energía eléctrica”, expresa de León con gratitud.

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